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4 cosas que debes saber sobre cómo aprende un caballo

¿Cómo aprende un caballo?

Hace unos días asiste a un charla online de Andy Booth. Explicó unos principios sencillos pero esenciales sobre la psicología del caballo y sobre como realmente el caballo aprende. Más de 1000 personas asistieron a este evento online  y fue un gran momento, muy enrequisidor.  Nos cautivo a todos gracias a su gran dominio de la materia y sentido del humor.

Andy Booth

Indice

El cerebro del caballo

El caballo es una animal muy emocional, pero su cerebro no está equipado con una corteza prefrontal, por lo que no es capaz de analizar o razonar.

Capacidades morales

Sus capacidades morales también son muy limitadas y no tiene noción de correcto o incorrecto, del bueno o de lo malo o incluso de culpa. Para el caballo un comportamiento le beneficia o no le beneficia. 

Uno no puede pensar que un caballo hace travesuras o hace cosas a posta para fastidiar a su jinete, es una mala interpretación del problema, y, una mala interpretación hace que no se puede resolver el problema. 

Cuando surge uno, la tendencia es poner un filete o bocado más duro, apretar la cadenilla, la muserola, añadir cierra boca o usar riendas auxiliares intentando tener mayor control físico.

Educación y más educación

Según Andy Booth, una buena educación es más fuerte que cualquier enlace físico. Con una mala educación no hay conexión mental o emocional con el caballo y, por tanto, el jinete es solamente una molestia física. 

Aprendizaje asociativo

El caballo es un animal que aprende por asociación y es mediante un preciso condicionamiento que se puede educar. A base de repetición cada vez podemos conseguir más con menos. 

Curiosamente en el mundo canino, con cetáceos o elefantes, se emplea de forma habitual.  

¿Por qué razón en el mundo del caballo no es tan usual?

¿Cómo aprende un caballo?

Cualquiera puede educar su caballo

Para ellos se utiliza diversas técnicas, entre otras: sensibilización, desensibilización, reforzamiento negativo o positivo. 

Para ello, el “timing” es primordial y entender muy bien que tipo de estímulo y cuando hay aplicarlo y cuando hay que dejar de hacerlo según lo que queremos conseguir. 

Casi siempre nuestros objetivos son totalmente los opuestos a los del caballo. Un caballo se deja llevar por su comodidad.  Si una situación no le beneficia, lo asocia como algo malo y, por tanto, puede reaccionar de 2 formas apagándose o el caso más probable defendiéndose.

El caso típico es cuando un caballo no quiere subir en un camión. Nuestro objetivo es que suba, pero si el caballo lo ha asociado a algo incómodo no subirá.  Tenemos que dar la vuelta a la tortilla y hacer el que camión sea su zona de confort…

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